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Los Nuevos Reclutados

​ ​“¡Dejen en paz a nuestros hijos!” es el mensaje de una madre de Bolingbrook, Illinois, que quiere que escuchen los líderes y reclutadoresdel Estado Islámico (ISIS). El enero pasado, el hijo mayor de Zarine Khan, Mohammed Khan de 19 años de edad, trató de viajar con su hermana de 17 años y con su hermano de 16 años a Estambul para unirse a ISIS. Los tres fueron detenidos en el Aeropuerto Internacional O’Hare de Chicago, y Mohammed Khan, ciudadano americano, está siendo acusado por tratar de proveer soporte material a militantes de ISIS. 

Zarine Khan dijo a las agencias de noticias que cree que sus hijos fueron reclutados através de las redes sociales y que en secreto ahorraron para comprar sus pasaportes y boletos de avión. “Condenamos esta violencia en la forma más enérgica”, dijo después de que su hijo compareciera en el juzgado. “Condenamos las tácticas brutales de ISIS y de grupos como éste. Y condenamos el lavado de cerebro y el reclutamiento de niños mediante el uso de las redes sociales y del Internet.”

Si Mohammed Khan es hallado culpable de proveer soporte material a una organización terrorista — conforme la provisión de la Ley Patriota de los Estados Unidos – enfrentará una pena hasta de quince años en prisión. 

Desgraciadamente, este no es un incidente aislado. Un nuevo reporte del Centro Internacional para el Estudio de la Radicalización y la Violencia Política (ICSR, en inglés) encontró que unos 20,000 combatientes extranjeros provenientes de 50 países han viajado a Iraq y Siria para unirse a organizaciones terroristas desde el año 2012, y que más de 4,000 de ellos provienen de naciones occidentales.

Reportes perturbadores salen a la luz cada mes, sobre occidentales – muchos de los cuales son adolescentes o adultos jóvenes – intentando viajar para unirse a ISIS como combatientes o como novias, a menudo después de ser reclutados a través de la Internet. ​

Otro problema cada vez más preocupante es el regreso de occidentales radicalizados a sus países de origen. Los gobiernos están discutiendo cómo manejar los casos de ciudadanos que regresan y no se les puede probar que cometieron un crimen formando parte de ISIS. 

 “La propaganda del Estado Islámico, su capacidad para comunicar sus mensajes, es de las mejores desde que surgió Al Qaeda a principios de los años 90,” dice Charlie Allen, quien ha servido en la CIA y en el Departamento de Seguridad Nacional (DHS). “Es algo muy interesante — vamos a tener gente que se ha radicalizado, y es difícil detener el tráfico y los viajes desde y hacia Europa.”

El éxodo de ciudadanos americanos y europeos al Medio Oriente — principalmente Siria o Iraq—comenzó en el año 2012 durante la cúspide de la guerra civil en Siria después de que ISIS exhortara a los musulmanes a cumplir con su deber religioso de lanzar una guerra santa contra los enemigos del Islam. Aunque algunos extranjeros tomaron las armas con otras organizaciones terroristas, tales como Al Qaeda y Jabhat al-Nusra, la mayoría está congregándose para ayudar a ISIS, que es considerada la fuerza dominante de la oposición siria y que actualmente controla aproximadamente un tercio de Siria.

Más de 100 americanos han viajado a la region a pelear, pero los expertos están más preocupados por los jihadistas de los países europeos, donde miles de ciudadanos, principalmente de Bélgica, Francia, Alemania, y el Reino Unido han atravesado la porosa frontera de Turquía y han entrado a Siria e Iraq.  

Veryan Khan, director editorial para el Consorcio de Investigación y Análisis del Terrorismo (TRAC), que maneja una base de datos de violencia política, dice que en términos de movimientos de jihadistas globales modernos, el actual éxodo es el tercero y el más popular llamado jihad. ICSR, que ha seguido la pista del jihad global a Iraq y Siria desde el año 2012, señala que los números actuales sobrepasan los del conflicto de Afganistán en la década de 1980 y los de Somalia en 2006, haciendo el conflicto en Siria e Iraq la mayor movilización de combatientes extranjeros a países de mayoría musulmana desde el año 1945.

Khan dice que un gran porcentaje de combatientes extranjeros son hombres y mujeres jóvenes — algunos de los cuales ni siquiera han salido de su adolescencia.  “El Terrorismo Jihadista y otras Amenazas No Convencionales” publicado en 2014 por el Centro de Política Bipartidaria señala que muchos jóvenes que intentan unirse a ISIS “están lejos de ser una amenaza.” Al menos ocho americanos entre 18 y 20 años de edad han sido aprehendidos intentando unirse a ISIS en los últimos dos años, uno de ellos admitiendo en tribunales que “en lo que respecta a mis habilidades de combate, para ser honesto, no tengo ninguna.” 

Otros casos son más graves. Un jihadista occidental de alto perfil, Maxime Hauchard, un francés de 22 años de edad, identificado como uno de los verdugos en un video de ISIS que muestra el cuerpo decapitado del trabajador de ayuda humanitaria de los Estados Unidos Peter Kassig. Hauchard se convirtió al Islam cuando tenía 17 años de edad, y fue reclutado en línea para ISIS, según las agencias de medios.

Khan explica que esta oleada de jóvenes jihadistas surge en individuos que buscan pertenecer a ese grupo porque no se sienten en casa en la cultura occidental, pero no reconocen que su propia cultura puede fácilmente radicalizarse.  “Existen muchas otras razones para la radicalización: la necesidad de redimirse, la percibida obligación con la patria, el sentimiento de culpa de vivir una buena vida en Occidente mientras otros sufren, una retribución personal por la muerte de un miembro de la familia o de un amigo, la lista sigue y sigue,” explica.

Europa está dando los primeros pasos para frenar la imparable – y eficaz – propaganda de ISIS. El verano pasado, nueve naciones europeas avalaron una iniciativa para trabajar con los proveedores de Internet para bajar los cientos de sitios web de reclutamiento de ISIS y los mensaje de ISIS, pero la principal carta puede venir de los mismos Occidentales radicalizados. 

Combatientes extranjeros que hicieron el viaje a Iraq o a Siria han contados sus historias en Twitter, Facebook, u otros blogs, alentando a sus pares a unirse al movimiento. Los posters hablan de las amistades que hacen con otros hermanos y hermanas del Estado Islámico, o del orgullo que siente respondiendo al llamado del jihad.

“Allahu Akbar, no hay manera de describir la sensación de sentarse con las Akhawat [hermanas] esperando noticias de cuál de los esposos ha alcanzado el Shahadah [martirio],” tweeteó una mujer británica que viajó a Siria y se casó con un combatiente.

El llamado a unirse a ISIS en el Medio Oriente no es la única tendencia que preocupa a los expertos. Muchos combatientes extranjeros están regresando a sus países de origen después de combatir junto a ISIS en el Medio Oriente, y Allen señala que habiendo sido entrenados, los combatientes radicalizados que viajan de regreso a sus hogares en Occidente es una situación potencialmente peligrosa. 

“Las peores tormentas se están desatando en el Medio Oriente, y los combatientes extranjeros de Norteamérica y Europa, es probable que regresen,” explica Allen. “Algunos se han convertido en mártires, incluyendo americanos, pero algunos continuarán sus métodos extremistas y harán proselitismo para que otros americanos se les unan.”

Los gobiernos en forma individual están por definir  qué hacer con los combatientes que regresan. Turquía, considerado la principal vía de paso de Europa a Siria e Iraq, anunció a finales de enero que está reforzando la seguridad a lo largo de sus fronteras para erradicar el flujo de potenciales jihadistas a los campos de batalla. El país está constantemente actualizando una base de datos de más de 10,000 personas que se sospecha que viajaron para ayudar a ISIS.

El problema que Turquía — y muchos otros países — enfrentan es que no pueden levantar cargos por ayudar a una organización terrorista, por falta de pruebas. Viajar hacia y desde la región no es una razón de peso para que la policía intercepte a una persona.  

Algunos países han aprobado leyes que facilita detener a potenciales jihadistas. En Austria, Bélgica, Gran Bretaña, Francia, y Alemania, las autoridades aprobaron rápidamente legislación que permitía a los gobiernos detener a las personas sospechosas de participar en una organización terrorista en el extranjero

Otros países, como Dinamarca, están tomando una actitud menos rigurosa para manejar a los combatientes que regresan, ofreciendo servicios de orientación gratuito, ayuda para  encontrar trabajo e ingreso a las Universidades o Escuelas.   

Los legisladores de Estados Unidos están preocupados porque combatientes extranjeros pueden aprovechar las brechas para ingresar a los Estados Unidos–  como el Programa Visa Waiver, que permite a residentes de 38 países europeos viajar a los Estados Unidos sin visa.  La ex presidenta del Comité de Inteligencia del Senado, Dianne Feinstein, ha anunciado planes para fortalecer la legislación.  

Allen dice que la mayor parte de combatientes extranjeros no esconde que estuvieron en Siria y eso permite traquearlos, asi que la amenaza de jihadista escurriéndose a los Estados Unidos se percibe muy baja. 

 “Creo que tenemos buena legislación, buenas herramientas, y un buen entendimiento de quién puede estar en Siria, y somos muy cuidadosos,  nos aseguramos cuando regresan de saber quiénes son y qué están haciendo,” explica Allen. “La Aduana y la Patrulla Fronteriza hacen un excelente trabajo filtrando a estas personas a medida que regresan.  Es difícil acusarlos si uno no sabe si han cometido crímenes, pero creo que la colaboración entre DHS y el FBI está mejorando.”

Khan, de TRAC, se pregunta — ¿por qué esos jóvenes combatientes, que renunciaron a todo desde su familia hasta su libertad, está volviendo a casa? Cree que la lista de quejas de algunos combatientes extranjeros decepcionados es vital para combatir los esfuerzos de radicalización. 

“Ellos llegan a su percibida guerra santa solo para descubrir que sólo es para matar a otros Musulmanes, lo cual es ‘haram’ (prohibido),” explica Khan. “Perciben cierta hipocresía dentro del movimiento, también se dan cuenta de que ellos no sólo están combatiendo contra el régimen de Assad para crear un califato celestial sino a grupos de oposición.”

Hay un número de relatos de primera mano que explican las quejas, cuenta Khan, pero no son tan prevalentes como los tweets y blogs llenos de propaganda que convencen a los jóvenes a unirse a ISIS.

“Usar esos testimonios a nuestro favor es la mejor herramienta para frenar el momentum,” dice Khan. 

 

Traducido por Daniel Arevalo, CPP, P&G Latin America – Global Security AD, ASIS Intl. 7C Region, Vice President & OSAC Panama Board Member

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